Alejandra Pizarnik: Una Voz

28 de junio de 2009

"Harta del principio femenino" A.P (Texto inédito)



...........Ahora bien: veía a Mme. X rellenando la manga con mierda y decorando su torta con sus metáforas: cruz de toda mujer: Merde alors. Y me dio asco, no por la evocación de la mierda sobre el postre sino por enmierdar (tan) gratuitamente el idioma. De pronto tuve ganas de rezar a Flaubert, de pedir perdón a Saint Flaubert (Flaubert soy yo). Eso no se lo perdonaré nunca, ese esquivar tan cobardemente las palabras (más) justas y (más) precisas. Además, algunas las pronunciaba defectuosamente...


...........Estoy harta del principio femenino
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araña lúgubre o araña maravillosa, y no es que me considere salvada definitivamente de cualquier posible tentación de entrar en el nido de arañas de (los homosexuales) (las lesbianas) Buenos Aires. No me siento (homosexual ni lo contrario) (No me siento lesbiana)...



.............Me voy diciéndome: se acabaron tantos (vientres) y pechos desnudos. Me pongo triste puesto que no hay nada más trágico que las aventuras sáficas entre dos criaturas que no son lesbianas (en el sentido común del término) pues no son de este mundo.


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"Harta del principio femenino" y "Diana de Lesbos"


(Textos inéditos de Alejandra Pizarnik)





Fragmentos extraidos de "La Escritura invisible, el discurso autobiográfico en Alejandra Pizarnik" de Patricia Venti.

Imagenes: Marc Ryden

18 de junio de 2009

Entradas suprimidas de "Diarios..."




....... (...)En cuanto a los diarios íntimos, han ocurrido dos cosas: primero, cuando la autora regresó a Buenos Aires, quiso reescribir algunas entradas para publicarlas en revistas literarias; y segúndo, después de treinta y seis años de su muerte, su albacea ha suprimido más de 120 entradas, además de excluir casi por completo el año 1971, y en su totalidad el año 1972. Las omisiones están distribuídas a lo largo del diario, cuya materia suele referirse a teas sexuales o íntimos. también se excluyen textos narrativos que muestran las costuras de la escritura (una especie de borradores), que a posteriori, serían reelaborados para su publicación.




Fragmentos de entradas suprimidas:



..........Ayer soñé que Luis M. y yo asesinábamos a mi padre. Después íbamos a buscar a mi madre a una casa extraña habitada por otra mujer. Yo estaba extrañamente feliz. Y mi madre, una vez enterada del asesinato, también se contentaba (…) Apenas desperté, aún en duermevela, me dije “ Tu padre te impide amar”.



Entrada suprimida en Diarios, 1 de Febrero de 1959, Alejandra Pizarnik Papers, archivo 1, carpeta 8, Departamento de Libros Raros y Colecciones Especiales, Biblioteca de la Universidad de Princeton.

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..........Cuando todo terminó me acerqué a Cristina y después de un espacio de tiempo (…) me ví en un abrazo de Cristina, besándonos las dos, haciéndola gozar y gemir (yo no sentía placer, no sentía nada) Como un relámpago pasó la imagen de Roberto corriendo junto al chico y los dos abrazados. Después, por la noche, tuve más sed que nunca y tomé enormes cantidades de agua y sentí miedo de morir de un ataque de sed.



Entrada suprimida en Diarios, 24 de Junio de 1959, Alejandra Pizarnik Papers, archivo 1, carpeta 9, Departamento de Libros Raros y Colecciones Especiales, Biblioteca de la Universidad de Princeton.

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..........Si no soy una supliciada por qué, para qué y en nombre de qué iría a escribir, y no escribo cuando estoy contenta porque los signos de la escritura no hacen alianza con la alegría que exige expresiones diferentes, la grafía corporal, por ejemplo.

Entrada suprimida en Diarios, 16 de Septiembre de 1968, Alejandra Pizarnik Papers, archivo 2, carpeta 18, Departamento de Libros Raros y Colecciones Especiales, Biblioteca de la Universidad de Princeton.

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..........Tanta máscara, para qué, para quién. ¿Y todo, en esta vida habrá sido para divertir al espejo? Hablo de uniones, de puentes, de nupcias. Hablo de decir con una voz que no nace porque no la dejan. Hablo de un contacto amoroso, de manos que existen para estrechar otras, de labios que cumplen con su función, hablo del amor, qué diablos, del amor que me sucede a mí, ahora en este preciso instante.


Entrada suprimida en Diarios, 19 de Octubre de 1962, Alejandra Pizarnik Papers, archivo 2, carpeta 1, Departamento de Libros Raros y Colecciones Especiales, Biblioteca de la Universidad de Princeton.




La Escritura Invisible-
El discurso autobiográfico en Alejandra Pizarnik”


Patricia Venti.

Poema enviado a Leon Ostrov

Temor y temblor

Estos huesos en la noche,

Estas palabras como piedras preciosas

En la garganta viva de un pájaro petrificado,


Este verde muy amado,


Este lila caliente,


Este corazón sólo misterioso.

Con manos pequeñas

Estrechar la piel furiosa

De lo que crece en el sueño.

Ofrendas, alegrías olvidadas,

Respiración nueva, a quien,


Dónde dejarlas en lo oscuro tembloroso,

en el temor de la muerte primitiva.

Perdida en el silenciode las palabras fantasmas.

¿Quién es el heredero del viento?


¿Quién la llena de días?


¿Quién hace que ella viva?


Si la muerte es memoria cerrada,

¿quién sopla y germinaen mis tiempos de espanto?

¿Qué hace que ella viva?¿Qué la mantiene?

¿Qué la desdeñay gira y sueña?



(Poema incluido en una carta enviada a León Ostrov, 1960-1961)
Dibujo: Alejandra Pizarnik.

13 de junio de 2009

La hija del insomnio (Enrique Molina)


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..........Cuando pienso en Alejandra la veo pasar, solitaria, en una de esas burbujas del Bosco donde yacen parejas desnudas, dentro de un mundo tan tenue que sólo por milagro no estalla a cada segundo. Pero la suya es una burbuja nocturna, irisada como una perla negra. Criatura fascinada y fascinante, víctima y maga, ardía en la hoguera y, al mismo tiempo, con esa maldad de la poesía prendía fuego al mundo circundante, lo hacía arder con una fosforescencia tierna y sombría, que iluminaba su rostro de niña con una sonrisa fantasma. Niña predestinada a ser vista, con los ojos absortos, en aldeas de Alquimia del Verbo, entrevistas en el fondo de un lago. Pero aún allí, en la profundidad de los sueños, fue también la extranjera, la extraviada de sí misma. Una desconocida con su mismo rostro avanzaba hacia otro lugar, en todo instante de su existencia terrestre, interrogándola con las preguntas más desgarradoras, planeándole sin cesar sus propios enigmas, el misterio de todo amor y toda ausencia. Porque Alejandra permaneció siempre en el linde perdido de otra ribera, cuyo eco no dejó nunca de resonar en las zonas de sombra de su ser con la nostalgia de “los verdes paraísos de los amores infantiles”.




Enrique Molina (fragmento tomado de Semblanza, Frank Graziano)

9 de junio de 2009

Carta de Alejandra a Silvina Ocampo (fragmento)


B.A 31/1/72

...........…Silvine, mi vida (en el sentido literal) le escribí a Adolfito para que nuestra amistad no se duerma. Me atreví a rogarle que te bese (poco: 5 o 6 veces) de mi parte y creo que se dio cuenta de que te amo SIN FONDO. A él l amo pero es distinto, vos sabés ¿no? Además lo admiro y es tan dulce y aristocrático y simple. Pero no es vos, mon cher amour. Te dejo: me muero de fiebre y tengo frío. Quisiera que estuvieras desnuda, a mi lado, leyendo tus poemas en voz viva. Sylvette mon amour, pronto te escribiré. Sylv, yo sé lo que es esta carta. Pero te tengo confianza mística. Además la muerte tan cercana a mí (tan lozana!) m oprime (…) Sylvette, no es una calentura, es un re-conocimiento infinito de que sos maravillosa, genial y adorable. Haceme un lugarcito en vos, no te molestaré. Pero te quiero, oh no imaginás cómo me estremezco al recordar tus manos (que jamás volveré a tocar si no te complace puesto que ya lo ves que lo sexual es un “tercero” por añadidura. En fin, no sigo. Les mando los librejos de poemúnculos meos- cosa seria. Te beso como yo sé i a la rusa (con variantes francesas y de Córcega).


..........O no te beso sino que te saludo, según tus gustos, como quieras.


Me someto. Siempre dije no para un día decir mejor sí.


(Ojo: esta carta tu peut tén foutre et me répondre á propos des (1) hormigas culonas)


Sylvette, tu es la seule, l´unique. mais ca il faut le dire: Jamais tu rencontreras quelqu´un comme moi- Et tu le sais (tout)


(Et maintenant je pleure (2). Silvina curame, ayudame, no es posible ser tamaña supliciada-)
Silvina, curame, no hagas que tenga que morir ya.


"Correspondencia Pizarnik"
Ivonne Bordelois (Seix Barral 1998)




1. “Podés meterte esta carta en el culo y contestarme acerca de…”


2. “Sylvette, sos la sola, sos la única. Pero es necesario decirlo: nunca encontrarás a nadie como yo. Y eso lo sabés (todo).
Y ahora estoy llorando”.

4 de junio de 2009

PIEDRA FUNDAMENTAL- Alejandra Pizarnik

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No puedo hablar con mi voz sino con mis voces.
Sus ojos eran la entrada del templo, para mí, que soy errante, que amo y muero. Y hubiese cantado hasta hacerme una con la noche, hasta deshacerme desnuda en la entrada del tiempo.


Un canto que atravieso como un túnel.


Presencias inquietantes, gestos de figuras que se aparecen vivientes por obra de un lenguaje activo que las alude, signos que insinúan terrores insolubles.





..........Una vibración de los cimientos, un trepidar de los fundamentos, drenan y barrenan, y he sabido dónde se aposenta aquello tan otro que es yo, que espera que me calle para tomar posesión de mí y drenar y barrenar los cimientos, los fundamentos,

aquello que me es adverso desde mí, conspira, toma posesión de mi terreno baldío,


no,


he de hacer algo,


no,


no he de hacer nada,


algo en mí no se abandona a la cascada de cenizas que me arrasa dentro de mí con ella que es yo, conmigo


que soy ella y que soy yo, indeciblemente distinta de ella.
En el silencio mismo (no en el mismo silencio) tragar noche, una noche inmensa inmersa en el sigilo de los pasos perdidos.
No puedo hablar para nada decir. Por eso nos perdemos, yo y el poema, en la tentativa inútil de transcribir relaciones ardientes.

¿A dónde la conduce esta escritura? A lo negro, a lo estéril, a lo fragmentado.

..........Las muñecas desventradas por mis antiguas manos de muñeca, la desilusión al encontrar pura estopa (pura estepa tu memoria): el padre, que tuvo que ser Tiresias, flota en el río. Pero tú, ¿por qué te dejaste asesinar escuchando cuentos de álamos nevados?



..........Yo quería que mis dedos de muñeca penetraran en las teclas. Yo no quería rozar, como una araña, el teclado. Yo quería hundirme, clavarme, fijarme, petrificarme. Yo quería entrar en el teclado para entrar adentro de la música para tener una patria. Pero la música se movía, se apresuraba. Sólo cuando un refrán reincidía, alentaba en mí la esperanza de que se estableciera algo parecido a una estación de trenes, quiero decir: un punto de partida firme y seguro; un lugar desde el cual partir, desde el lugar, hacia el lugar, en unión y fusión con el lugar. Pero el refrán era demasiado breve, de modo que yo no podía fundar una estación pues no contaba más que con un tren algo salido de los rieles que se contorsionaba y se distorsionaba. Entonces abandoné la música y sus traiciones porque la música estaba más arriba o más abajo, pero no en el centro, en el lugar de la fusión y del encuentro. (Tú que fuiste mi única patria ¿en dónde buscarte? Tal vez en este poema que voy escribiendo.)


Una noche en el circo recobré un lenguaje perdido en el momento que los jinetes con antorchas en la mano galopaban en ronda feroz sobre corceles negros. Ni en mis sueños de dicha existirá un coro de ángeles que suministre algo semejante a los sonidos calientes para mi corazón de los cascos contra las arenas.


(Y me dijo: Escribe; porque estas palabras son fieles y verdaderas.)


(Es un hombre o una piedra o un árbol el que va a comenzar el canto...)


Y era un estremecimiento suavemente trepidante (lo digo para aleccionar a la que extravió en mí su musicalidad y trepida con más disonancia que un caballo azuzado por una antorcha en las arenas de un país extranjero).

Estaba abrazada al suelo, diciendo un nombre. Creí que me había muerto y que la muerte era decir un nombre sin cesar.

No es esto, tal vez, lo que quiero decir. Este decir y decirse no es grato. No puedo hablar con mi voz sino con mis voces. También este poema es posible que sea una trampa, un escenario más.

Cuando el barco alteró su ritmo y vaciló en el agua violenta, me erguí como la amazona que domina solamente con sus ojos azules al caballo que se encabrita (¿o fue con sus ojos azules?). El agua verde en mi cara, he de beber de ti hasta que la noche se abra. Nadie puede salvarme pues soy invisible aun para mí que me llamo con tu voz. ¿En dónde estoy? Estoy en un jardín.


Hay un jardín.


Alejandra Pizarnik
El infierno musical, 1971
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Fotografías: Verónica Gentile
(Poeta y Fotógrafa)