Alejandra Pizarnik: Una Voz

31 de enero de 2009

Fragmentos...

Alejandra Pizarnik según Antonio Requeni


Por Antonio Beneyto

..............Estando a la orilla del Mediterráneo, en la misma playa, mientras la gente se zambullía en el agua, mientras dejaba imbécilmente que el sol la tostase, el poeta y pintor Antonio Fernández Molina y yo escribíamos conjuntamente a máquina y «a la sombra de una sombrilla» las contestaciones a unas preguntas que en forma de entrevista nos había formulado uno de los diarios de Palma de Mallorca por aquellos días. Esto era allá por el verano de 1967



..............El caso es que una vez que acabamos de contestar el cuestionario (ante un público asombrado por ver nuestra insólita acción de estar escribiendo a máquina en la playa) Fernández Molina sacó de una carpeta azul-cartón-gomas-blancas un manojo de holandesas y me dijo: «Mira, léete esto, tal vez te sirva para publicar en tu colección La Esquina». Enseguida me puse a leer el original que me pasó mi amigo. Lo leí de un tirón y luego sin hacer ningún comentario lo abandoné sobre una mesita que teníamos para escribir y me marché a zambullirme en el agua. Pasados unos minutos de nuevo estaba junto al poeta. Seguí un buen rato introducido en un terrible y al mismo tiempo hermoso mutismo en cuanto al original. Le daba vueltas. Lo observaba encima de la mesita. Sentía que debía regresar a él. Y así lo hice: regresé al significativo título que llevaba, Nombres y figura, de Alejandra Pizarnik

...............Cuando lo hube leído de nuevo, le dije a Fernández Molina: «Me llevo este libro para publicarlo en la colección La Esquina"




..............Así empecé a conocer a Alejandra Pizarnik. Luego, más tarde, serían las cartas que nos cruzábamos, casi una a continuación de otra; serían los dibujos, serían los libros editados, las fotografías, en fin, sería todo. Fue tan estrecha mi relación con Alejandra Pizarnik desde que llegó su primer original a mis manos que ya nunca perdimos la comunicación, de una forma u otra. Ahora está haciendo treinta y seis años que nos conocimos a través de la distancia, de las «cosas» que yo le hacía llegar, de las que ella me hacía llegar a mí, y por ello pienso que en este momento no me sería nada difícil hacer una fotografía de Alejandra Pizarnik. Pero no. Quiero dejar hablar a Antonio Requeni, que la conoció desde la adolescencia


...........Conocí a Alejandra Pizarnik cuando era una adolescente. Menuda de cuerpo, linda de cara, el pelo rubio y corto, y unos ojos claros llenos de deslumbramiento, en los que brillaba a menudo una chispa traviesa. Vivía entonces con sus padres en Avellaneda (es una calle de Buenos Aires) donde yo la visitaba en su cuarto atiborrado de libros (Nerval, Baudelaire, Rimbaud, Lautremont), papeles manuscritos con letra pequeña e infantil, reproducciones de motivos abstractos, afiches y collages, que ella misma componía haciendo gala de un humor tierno y corrosivo a la vez, en el que ya apuntaban signos de su futura personalidad». Continúa Requeni: «A pesar de algunas aproximaciones a grupos poéticos de vanguardia, Alejandra Pizarnik era una isla solitaria en nuestro ambiente literario, una personalidad aparentemente desprendida de su contorno social, sólo atenta a los propios ecos de su subconsciente, marcada con el sello (o el estigma) de una tremenda lucidez y desde el punto de vista literario, dueña de un notable rigor estilístico»



............De vez en cuando Alejandra Pizarnik me enviaba algunos recortes de prensa en donde se hablaba de ella. Luego, poco después de su muerte, mis amigos argentinos han seguido mandándome también todo aquello sobre sobre la poeta amiga que escribía y publicaba al otro lado del Atlántico. Uno de los últimos recortes que Alejandra Pizarnik me envió era un artículo sin firma de la revista Panorama, 5 de enero de 1971, en el cual el autor hacía una descripción de su departamento en Buenos Aires. Y como pienso que puede ser un signo más, aunque éste sea también externo, para saber quién y cómo era Alejandra Pizarnik no he dudado un instante en transcribirlo: «Entrar en su departamento, en la calle Montevideo, 900 (concretamente al 980) , implica ingresar en un mundo perdido de maravillas, en un cosmos magnético de objetos. Muñecas como agobiadas por sus sueños y tristezas, muñecos destartalados por tormentas secretas, desteñidos afiches (retratos amarillos de tiempos pasados), animalitos de madera y de metal, escapados de alguna pesadilla, muebles insólitamente pequeños, retratos de Baudelaire, Cirlot, Rimaud, Beneyto, Michaux, Breton, diminutas reproducciones de pinturas y dibujos, abandonados en alguna zona de las blancas paredes. Ningún ser, animal, humano o vegetal, ni un mineral siquiera, puede demorarse en ese ámbito como si fuese su morada, con una sola excepción: la de quien creó ese universo inusual, casi aterrador



22 de enero de 2009

AÚN ESTÁS AHÍ


A Bhuma................................................


Aún estás ahí

detrás de tu nombre

perdida en el camino que se extendía en el deseo

en las ausencias que caían de la noche

junto a la taza de café que enumeraba el abismo.

Los relojes dormían retardando el alba

y las palabras brillaban en tus ojos

buscando las puertas del exilio

las sombras que inscribían tu ser

y el miedo que humedecía tus ideas.


Aún estás ahí

detrás de tu nombre

el mundo en la valija

y el río de Heráclito en tus manos

bajo las horas que enredaban los recuerdos.

Sentada ahí

pasaban los espejos que cubrían tu voz

los horizontes

las piedras que alimentaban tu sangre

las imágenes que tejían el tiempo.


La poesía estallaba bajo la luna de Empédocles

y te abría la puerta de fuego

donde buscabas tu cuerpo detrás de tu nombre.

Sólo fue una palabra que cayó del enigma

cuando los ojos de la memoria te vieron esa noche.

Aún estás ahí

detrás de tu nombre.
Juan Jacobo Bajarlía

2 de enero de 2009

Cronología...




ALEJANDRA PIZARNIK - Cronologia




1936 Nace, con el nombre de Flora, en Buenos Aires el 29 de abril en el seno de una familia de inmigrantes del este de Europa1949Ingresa a la Escuela Normal Mixta de Avellaneda.



1953 Egresa del colegio secundario.



1954 Comienza la carrera de Filosofía en la Facultad de Filosofía y Letras, de la Universidad de Buenos Aires. Ese mismo año, toma clases de pintura en el taller de Juan Batlle Planas y cursa estudios de periodismo donde conoce a Juan-Jacobo Bajarlía quien recordará:"Los sábados por la mañana no faltábamos al Jockey Club de Florida y Viamonte. Allí también solía venir Aldo Pellegrini, quien entonces firmaba con el seudónimo de Rodolfo Este, y allí le presenté al pintor surrealista Juan Batlle Planas, quien ya trabajaba para la escenografía de ‘La Esfinge’, un misterio dramático (mi primera obra teatral) que yo había escrito, inspirado en Alejandra. En ese lugar también le ‘presenté’ por segunda vez a César Rosales, periodista de La Nación, a Ludovico Rosenthal, traductor de Freud, y a David J. Vogelman, quien ya, en 1954, se preocupaba por el Zen y el I Ching.Batlle Planas se sentó junto a nosotros. Le gustaba la ciencia ficción y no hacía otra cosa que hablarnos de Bradbury. El tema de ‘La Esfinge’ llegó al final. Pero la presencia de Alejandra me impidió explicarle que la Esfinge y Filoxena, personajes del misterio dramático, transcribían su enigmático carácter, la manera de ser de una Alejandra que ni ella misma se entendía.Alejandra, no muy segura en su búsqueda de la creación, aprovechó ese momento para decirle a Batlle Planas que le gustaría concurrir a su atelier para estudiar pintura. El fijó las condiciones de la futura labor. Pero Alejandra muy anárquica y muy inconstante en aquel entonces, sólo concurrió unas pocas veces y abandonó las tintas. Recuerdo lo que me dijo el pintor delante de ella otro sábado en el mismo bar: ‘A esta nena hay que comprarle papel para escribir sobre los sueños. Confunde los pinceles con los lápices’.Alejandra aceptó la diatriba y sonrió. Era su manera peculiar de responder en esos casos", del libro de Juan-Jacobo Bajarlía.


Conoce al escritor Oliverio Girondo.





1955 Aparece en Buenos Aires su libro "La tierra más ajena" (editorial Botella al mar)



1956 Ediciones Poesía Buenos Aires publica "La última inocencia".Conoce a la poeta Olga Orozco



1958 Se publica en Buenos Aires "Las aventuras perdidas" (editorial Altamar).



1960 Viaja a París, donde trabaja para la revista "Cuadernos" y algunas editoriales francesas, publica poemas y críticas en varios diarios, traduce a Antonin Artaud, Henri Michaux, Aimé Cesairé, e Yves Bonnefoy, y estudia historia de la religión y literatura francesa en la Sorbona.Traba amistad con André Pieyre de Mandiargues, Octavio Paz y Julio Cortázar.Conoce a Ivonne Bordelois.



1962 Editorial Sur, de Buenos Aires, publica su libro"Árbol de Diana".


1964 Regresa a Buenos Aires.


1965 Editorial Sudamericana, de Buenos Aires, publica su libro "Los trabajos y las noches"."Libertad y autonomía son los atributos de ‘Los trabajos y las noches’, de Alejandra Pizarnik. Libertad con respecto a sí, ante todo. Y esto en poemas en que el autor parece contarnos de sí y contarnos el mundo que ve, que desearía ver. Esta observación quizá no parezca trivial si pensamos que muchos de estos poemas tienen el tono de una súplica o una confesión vehemente. Pero qué lejos nos llevan de esa turbia complicidad creada por las confesiones. El movimiento de estos versos nada tiene que ver con el ímpetu romántico que hace de la obra una excrecencia –una expresión, para no usar términos peyorativos– de la vida. Para admitir los trabajos nocturnos de Alejandra Pizarnik hemos de abandonar el hábito de referirlos a las circunstancias de su vivir; y claro está que no me refiero a la minucia biográfica, sino a los pormenores de esa otra biografía espiritual que son, para el lector y el crítico, los únicos materiales dignos de ser poetizados. No hay aquí en verdad, experiencia vivida para la cual la poesía sirva de ajustadísimo vehículo. La poesía es, esta vez, creación y también revelación de la experiencia; no ya de una ‘biografía’ que se eslabone de poema en poema, sino de una serie de instantes en cada uno de los cuales se da el ser plenamente", escribirá el crítico Enrique Pezzoni, en "El texto y sus voces", editorial Sudamericana, 1986."En el fondo —escribe Pizarnik en su diario el 25 de julio de 1965— yo odio la poesía. Es, para mí, una condena a la abstracción. Y además me recuerda esa condena. Y además me recuerda que no puedo «hincar el diente» en lo concreto. Si pudiera hacer orden en mis papeles algo se salvaría. Y en mis lecturas y en mis miserables escritos".







1967 Conoce a Silvina Ocampo, con quien mantiene una amistad que durará hasta su muerte."El humor, la poesía, el sentido de lo tenebroso y absurdo que se esconde bajo las apariencias más inocentes, la devoción a la literatura y a la vida fantástica, fueron los cauces que hicieron inevitable la relación de Alejandra Pizarnik y Silvina Ocampo (…) De todas las cartas del epistolario, éstas son las únicas donde la amistad rápidamente asciende a pasión y se enciende en ella (…) Las desgarradoras cartas finales marcan quizá la iniciación de un silencio o una despedida", señala Ivonne Bordelois en el libro "Correspondecia Pizarnik".El 18 de enero su padre, Elías, muere de un infarto mientras se afeitaba en el departamento que la familia tenía en Miramar. Alejandra Pizarnik estaba en Buenos Aires y sólo le avisó a su íntima amiga Olga Orozco, quien la acompañó al sepelio.


1968 Aparece en Buenos Aires su libro "Extracción de la piedra de la locura" (editorial Sudamericana) y su texto "El poeta y el poema", en "Antología consultada de la joven poesía argentina" (Buenos Aires, Fabril editora).Escribe críticas bibliográficas para la revista Sur.Recibe la beca Guggenheim."Ayer me enteré de que gané la beca. Mi euforia por el aspecto económico del asunto, es decir: hablar de millones con mi madre sabiendo que esta enorme cantidad de dinero se debe a mi trabajo como poeta. En efecto, es como si algo como el destino me ayudara a enfrentar mi destino como poeta. Cada año de mi vida, cada sufrimiento, cada día de trabajo en soledad total, todo parece una conjuración o una asamblea benevolente cuyo objeto fuera confirmar mi destino (no elegido sino más bien fatalmente impuesto) como poeta", escribe en uno de sus diarios, el 25 de julio de 1968.


1969 La editorial La Esquina, de Barcelona (España) publica "Nombres y figuras".


1970 Ingiere una alta dosis de anfetaminas. Es trasladada a la guardia del Hospital Pirovano donde logran salvarla de la muerte."El lenguaje/ –yo no puedo más,/ alma mía, pequeña inexistente,/ decidíte;/ te las picás o te quedás,/ pero no me toques así,/ con pavura, con confusión,/ o te vas o te las picás,/ yo, por mi parte, no puedo más", escribió tal vez refiriéndose a esta experiencia en el poema "Sala de psicopatología", en "Poesía completa 1955-1972", Lumen, Buenos Aires, 2002.




1971 Recibe la beca Fullbright.Aparecen, en Buenos Aires, sus obras "El infierno musical" (editorial Siglo XXI) y "La condesa sangrienta" (editorial Acuarius).La editorial Árbol de fuego, de Caracas (Venezuela) publica su libro "Los pequeños cantos".Realiza terapia con Pichon Rivière y reduce el consumo de anfetaminas y psicotrópicos.Conoce a su último y gran amor, una mujer con la que establece una compleja relación.

1972 El 25 de septiembre, mientras pasaba un fin de semana fuera de la clínica psiquiátrica donde estaba internada, muere de una sobredosis intencional de Seconal.
Escrito con tiza en el pizarrón de su cuarto de trabajo podía leerse:




"criatura en plegaria/ rabia contra la niebla// escrito/ en / el/ crepúsculo// contra/ la / opacidad// no quiero ir/ nada más/ que hasta el fondo// oh vida/ oh lenguaje/ oh Isidoro// septiembre de 1972".





Patricia Venti

Poesía




Todo hace el amor con el silencio.

Me habían prometido un silencio como un fuego,

una casa de silencio.

De pronto el templo es un circo y la luz un tambor


Esperando que un mundo

sea desenterrado por el lenguaje,

alguien canta el lugar en que se forma el silencio.

Luego comprobará que no porque se muestre furioso existe el mar,

ni tampoco el mundo.


A.P