Alejandra Pizarnik: Una Voz

19 de mayo de 2009

CARTA PARA ALEJANDRA PIZARNIK EN EL PAÍS DE LA INOCENCIA (Fragmento I)

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Querida Alejandra:

..........Hoy estuve caminando por tus calles, esas calles que nos vieron andar juntos hace más de veinte años. Éramos muy jóvenes. Vos una chiquilina de pelo rubio y ojos claros, ensanchados por el asombro, te parecías a Alicia en el País de las Maravillas. Hablábamos de poesía sin que el tema se nos acabara nunca.


..........Hablábamos también de seres cuyo descubrimiento y amistad iban enriqueciendo tu alma. Recuerdo tu fascinación ante los paisajes perturbadores que te invitó a transitar el pintor Batlle Planas. No olvido tu deslumbramiento ante la sabiduría humilde y el aura de santidad que parecía desprenderse de nuestro admirado Antonio Porchia.


..........Te evo aún subyugada por la personalidad de Arturo Cuadrado, a quién le faltaba la barba y le sobraba un brazo para parecerse a aquel funambulesco don Ramón maría del Valle Inclán; el increíble Arturo Cuadrado, que fue amigo del autor de las “Sonatas” y editó tu primer libro en los años iniciales de Botella al Mar.


..........Te veo todavía, Alejandra, por la calle Lambaré, en Avellaneda, donde estaba la casa de tus padres, en cuyo zaguán nos sentamos una noche, de regreso de una reunión literaria, a recitarnos versos. Te evoco por Viamonte en la cuadra de Filosofía y Letras, especialmente aquella tarde en que a poco de doblar por Reconquista te detuviste ante los cajones de una frutería, expuestos en la vereda, y tanto te maravilló la presencia carnal de una manzana, su rojo brillante, su aroma con reminiscencias de Paraíso y de pecado, que te apoderaste de ella y saliste corriendo -yo contigo- mientras el frutero, advertido del hurto, levantaba su puño amenazante y nos insultaba desde la puerta de su negocio.


..........Aquello fue una travesura de niños. Yo entonces no lo era tanto, pero tu compañía, Alejandra, tenía la virtud de devolverme a la atmósfera inocente y alegre de la infancia. Éramos dos hermanos unidos por comunes hallazgos e ilusiones, a quienes no consiguen separar, con el tiempo, temperamentos o convicciones distintas. Porque en materia de poesía los dos seguimos caminos aparentemente opuestos. Yo opté por la comunicación y el sentimiento- un día me dijiste, sonriente, que yo era un sentimental sin remedio, un poeta de otra generación que moriría aplastado por una lágrima-. Vos elegiste el camino más arduo y oscuro, el más alucinante y angustioso: el de aquellos poetas abismales y reveladores que ofrendaron su destino en el altar de la poesía y se quemaron en su fuego.


Antonio Requeni (fragmento)


(Carta manuscrita de Alejandra Pizarnik a Antonio Requeni)

2 comentarios:

erker dijo...

hermoso testimonio condesa... atrapante e interesante. su busqueda esta dando frutos y me alegro pero extraño su poesia y visitas mas sus juegos con mi debil ser... mil besos y siempre suyo, buk-erker!!

Gizela dijo...

Precioso!!!!
Sigo aquí aprendiendo de ti, sobre un poema eterno, que no conocía.
Un beso condesa
Gizz