Alejandra Pizarnik: Una Voz

5 de febrero de 2009

El absurdo como relacion (parte I)

(Juan Jacobo Bajarlía)




..............Mi clase, en la Escuela de Periodismo, calle Libertad, entre Diagonal Norte y Tucumán, era la más concurrida en 1954. Yo dictaba Literatura Moderna, nombre con el que disfrazaba una apasionante historia de los movimientos de vanguardia, rechazados oficialmente en los institutos de enseñanza durante el gobierno de Juan Domingo Perón.





...............Ese día de abril de 1954 inicié las clases sobre dadaísmo y la definición de Tristán Tzara acerca del arte como producto farmacéutico para imbéciles. Me proponía romper con los convencionalismos y el falso folklorismo alentado por los envejecidos arúspices del Estado. Hablé del espontaneísmo como medida de la tendencia, de la traición de André Bretón a sus compañeros dadaístas, de los que luego se separará para lanzar en 1924, El Primer Manifiesto del Surrealismo, cuando Antonin Artaud, ya derrumbado, pero lúcido, pedía toda clase de drogas para calmar sus dolores.



.............El espontaneísmo de 1916, defendido doctrinariamente por Dadá, decía yo, se había convertido en el enigmático automatismo surrealista de 1924. cuando Tzara fustigaba, desde Zurcí (donde nace el dadaísmo) la Primera Guerra Mundial, como causa del hundimiento de la civilización, André Bretón, desde París, mediante el supuesto automatismo, tomado del psicoanálisis, impulsaba a una batalla para hallar el punto de sutura entre la realidad y el sueño, entre el entorno esclavo de la materia y la imaginación proyectada desde las zonas más profundas del inconsciente.



...........Recalcaba la adhesión de André Bretón a Freud, su admiración por el mito d Edipo y la tendencia de algunos de sus compañeros a los espíritus redivivos de Allan Kardec, arrojados en Le Livre des sprits, de 1857, infinidad de veces reeditado y celebrado como el descubrimiento del siglo. Analizaba la contradicción entre el espíritu y la materia y las proposiciones de Marx invirtiendo a Hegel, que estaban implícitas en el surrealismo.



..........De entre los concurrentes a esa clase, recuerdo al rector de la Escuela que era Americo Barrios, al profesor de sociología José Ramón Cortés Martínez, y a Omar Viñole, el Hombre de la vaca, que entonces enseñaba oratoria en el mismo establecimiento, como simple pretexto para reiterar la prosa de combate de su periódico El Tanque.


Fragmento extraído de: "Alejandra Pizarnik, Anatomía de un recurdo" (Juan Jacobo Bajarlía)

Ed. Almagesto 1998

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