Alejandra Pizarnik: Una Voz

21 de septiembre de 2009

-El Secreto Pizarnik-

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..........Igual que en la poética de Pizarnik, en su persona se operaba un fenómeno muy extraño en el sentido de que irradiaba un espacio donde la infancia, la adolescencia y la edad adulta convivían simultáneamente, sin solución de continuidad. (“En esta hora inocente/yo y la que fui nos sentamos/ en el umbral de mi mirada”)

..........Otro rasgo único y perturbador que transmitía era una conexión inmediata con lo inconciente, como una sacudida de electricidad negra. ( “Qué diría el mundo/si Dios lo hubiera abandonado así”) (“Cuando sí venga mis ojos brillarán/ de la luz de quien yo lloro/ mas ahora alienta un rumor de fuga/ en el corazón de toda cosa”). Esto es lo que explica el enorme impacto de su persona y de su poesía, y también explica el hecho de que muchos que se acercan a esta poesía se alejen súbitamente, por temor a “ser secuestrados” por ella, como ha dicho recientemente una joven poeta –expresión sumamente significativa.


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..........Aun cuando invoca los términos mas trajinados de la lírica, lo que importa es que Alejandra Pizarnik los pronuncia desde un yo muy diferente, un yo que parece coincidir no con una historia personal sino con una conciencia nocturna y a la vez terriblemente lúcida de lo que se encuentra en el centro misterioso del lenguaje mismo. Ella volvió el camino que había seguido para siempre intransitable, por haberlo llevado a una suerte de absoluto exasperante –y esto es particularmente cierto de su poesía lírica. Pero cuando uno ve, por ejemplo, la obra dramática de una Lola Arias, (Las Impúdicas en el Paraíso) que va por caminos muy diversos, se reconocen ráfagas de esa misma especie, traspuestas, naturalmente, al clima lingüístico y existencial de la primera generación del tercer milenio. Cuando en la última película de Aristarain el personaje de Federico Luppi entremezcla las reflexiones acerca de la lucidez que escribe en su diario con las de Alejandra, a la que llama genial, bien vemos que la huella Pizarnik está presente y tatuando todo nuestro entorno. En otras palabras, los verdaderos poetas –que son muy pocos: acaso un puñado en un siglo- siguen inscriptos en la mente de las generaciones por mucho tiempo y a través de muchas prolongaciones, porque precisamente son verdaderos poetas por haber contribuído sustancialmente a transfigurar el espacio mental y el lenguaje de su tiempo.


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Verdaderos y falsos retratos de Alejandra


..........Se ha elogiado hasta la saciedad un pequeño libro de César Aira sobre Alejandra, ambivalente y erróneo en muchos sentidos, del cual se sale sin saber si Alejandra era un genio, una poeta cursi, una plagiaria o alguien con quien, afortunadamente según el autor, concluye una tradición de poesía pura que sin embargo hemos superado y deberíamos olvidar. Acaso cabría hablar incluso de una suerte de terror ante una escritora terriblemente lúcida, cuya popularidad consterna a los menos populares. Muy certero e impresionante en cambio es este retrato de ella que da Fernando Noy, uno de los pocos testigos fidedignos de sus días finales: “Un colibrí que se había vuelto leopardo, un leopardo con corazón de mariposa santa. Era sagrada, era santa. Brava era, muy brava. Era de una bondad infernal, tan grande que daba espanto.”

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Ivonne Bordelois- Testimonios


Publicado por Patricia Venti